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miércoles, 5 de agosto de 2015

Neuroplasticidad: “EL PODER DEL HÁBITO”

“EL PODER DEL HÁBITO”


“La mayor parte de las decisiones que tomamos a diario pueden parecernos producto de una forma reflexiva de tomar decisiones, pero no es así. Son hábitos” Charles Duhigg


¡Comienzo de mes!...  AGOSTO es ideal para hacer CAMBIOS de HÁBITOS.

En mi caso, acabo de llegar de vacaciones y estaré trabajando en Madrid en agosto, ya que es un buen momento para preparar nuevos proyectos de cara a la nueva temporada. 
Trabajo interno más que nada, dado que en España, se sigue con la vieja idea del “cerrado por vacaciones” y casi todos los sectores a nivel empresarial se paralizan.

Así que aprovecho para comentarte algunas novedades, respecto a las últimas investigaciones realizadas en relación a ¿Cómo incorporar nuevos hábitos y que permanezcan? 
(La primera parte de este artículo, puedes leerla aquí)


REVISA TUS CREENCIAS
Una de las mayores dificultades que tenemos las personas, a la hora de modificar actitudes y hábitos para mejorar nuestra vida y nuestras relaciones, está en el miedo instintivo que sentimos hacia el cambio. 


Muchas veces, consciente o inconscientemente, ocultamos este miedo bajo la creencia de que ya es demasiado tarde para cambiar, o que nosotros no podemos ser de otra manera, o incluso pensamos que es el resto del mundo quien debe cambiar.

En realidad, todas estas creencias son la “coartada perfecta” con la que nuestra mente nos defiende de cualquier cambio que nos pueda sacar de nuestra zona de confort


ANCLAR NUEVOS HÁBITOS
Hasta el momento, en relación al tiempo que se necesita para crear nuevas conexiones neuronales, se hablaba de 21/28 días y si bien es cierto, falta una parte importante y última, que es mantener ese hábito para convertirlo en acto reflejo o impronta, frenando asi, los impulsos de volver a los antiguos hábitos.

El mito de que se tarda 21 días en adquirir un hábito, puede provenir de la publicación de un libro en 1960 por el Dr. Maxwell Maltz, cirujano plástico comentando que las personas a las cuales se les había practicado una amputación, tardaban aproximadamente 21 días para adaptarse a la pérdida de una extremidad.
El Dr. Maxwell, extrapoló que la gente tarda 21 días para adaptarse a los cambios importantes en su vida.
Según Maltz, actuamos y sentimos no de acuerdo con la realidad, sino a la imagen que nos hemos formado de ella.
Los hábitos, buenos o malos, se moldean del mismo modo. La imagen que las personas tienen de sí mismas y las conductas que han creado, guardan estrecha relación entre sí.
Al cambiar la imagen, seguramente cambiarán los hábitos, pero falta desarrollar técnicas para que ese “cambio de hábito” quede anclado en su cerebro y por lo tanto automatizado.


IMPRONTA DE UN HÁBITO
William James, uno de los padres de la psicología moderna, escribió Habit, un ensayo que dos años después incluyó en el capítulo IV de su libro Principios de psicología” (1890), obra de referencia de esta ciencia. En él, mencionaba que aprender nuevas habilidades, puede tener un efecto en la estructura física del cerebro, modificándolo y estableciendo nuevas relaciones y circuitos neuronales, que a su vez alteran su funcionamiento. Ya en esos años, se incorpora el concepto de plasticidad cerebral o neuronal, que ahora es clave en el estudio de las Neurociencias.

Gracias a la neuroplasticidad o neurogénesis, las neuronas generan nuevas conexiones, que nos permiten estar aprendiendo a lo largo de toda nuestra vida. El cerebro es un órgano moldeable y cada destreza aprendida, lengua estudiada o experiencia vivida, reconfigura nuestro mapa cerebral y entre las actividades que retrasan el envejecimiento del cerebro, están la actividad mental y física. 


Según últimas investigaciones, en realidad, hacen falta 63 días (Tres etapas de 21 días cada una), para que se cree un hábito y pueda mantenerse durante mucho tiempo.

En 21/28 días, las neuronas no asimilan suficientemente el nuevo comportamiento y, por tanto, se tiende a abandonar los logros que nos costaron tanto esfuerzo.

La verdadera frontera está en esos 63 días (según el University College London, consideran 66 días*), una cifra mágica a partir de la cual nuestro cerebro asimila el nuevo hábito y lo incorpora de manera inconsciente, convirtiéndolo en un acto reflejo.

*Phillippa Lally, investigadora de psicología de la salud del University College London, y su equipo publicaron en la Revista Europea de Psicología Social, en 2009, How are habits formed: Modelling habit formation in the real world, un estudio que investigaba el proceso de formación de un hábito en la vida diaria. Para ello, se pidió a 96 voluntarios universitarios que escogieran un comportamiento saludable que hasta entonces no hacían, para repetirlo cada día y convertirlo en hábito. Eligieron por ejemplo comer una pieza de fruta en la comida o correr 15 minutos después de cenar. El tiempo que tomó a los participantes alcanzar el automatismo con esta nueva acción varió de 18 a 254 días, y la media fue de 66 días. En el estudio se destaca que el rango tan amplio, se explica por el nivel de dificultad de cada conducta, y aunque los participantes estaban motivados para crear una nueva rutina saludable que ellos mismos habían elegido, aproximadamente la mitad de ellos, no realizaron el comportamiento de manera lo suficientemente consistente para alcanzar la condición de hábito.

Según Charles Duhigg, autor de “The Power of Habit” los hábitos no nacen, se hacen.
Por lo tanto, comenzamos con un patrón mental llamado habit loop o hábito enlazado.
Este hábito se compone de 3 partes: la primera, es el detonante que hace que nuestro cerebro adopte una conducta determinada, la segunda, es el comportamiento en sí mismo y la rutina que genera. La tercera, es la “recompensa” algo que nuestro cerebro percibe como bueno y que le ayuda a recordar ese hábito en el futuro, de ahí que se refiera a “hábito enlazado”.

¿Y todo esto qué significa?
Que si comienzas a trabajar cada etapa que dura 21 días, al finalizar las mismas, llegarás a los 63 días, pudiendo realizar cualquier cambio en tu vida. No importa lo que hayas hecho hasta ahora, importa HOY... las posibilidades son infinitas. 

Comienza con Sesiones individualizadas o en Grupos de Aprendizaje guiado...

Algo que tienes que tener muy claro, es que no existen fórmulas mágicas, si voluntad para alcanzar el objetivo y compromiso para lograrlo.

“Nuestro cerebro, funciona según parámetros determinados que se pueden modificar con la rutina. Si repites algo cada día en la misma situación, se convierte en una reacción automática ", explica Jane Wardle, coautora del estudio que se publicaba en la revista European Journal of Social Psychology. “A partir de ese momento, el hábito adquiere cierto automatismo, y no hace falta voluntad, ni tan siquiera pensar en ello intencionadamente, para poder repetir dicho comportamiento”.
  
EL PODER Y FORTALEZA DEL HÁBITO
MI OBJETIVO me tiene que motivar.
MOTIVACIÓN para lograr mi objetivo. Ama el Proceso NO el resultado. Enfocarte en el proceso no solo te dará una visión más consciente de la vida, sino que serás más congruente y entenderás más en profundidad el maravilloso mecanismo de la ética en tu vida
ESFUERZO y VOLUNTAD cada día para PERSISTIR con los ejercicios. Entre más sencilla sea tu estrategia más capacidad tendrás de ser fiel a ella y seguirla paso por paso.  
COMPROMISO, para no desistir y continuar logrando así mi propósito. Recuerda que siempre aparecerá la crisis del tercer día y hay que estar preparado para PERSISTIR.
RECOMPENSA al final de haber generado e incrustado el nuevo hábito.


Al final, conseguir incorporar un nuevo hábito, depende más bien de conquistar el lado emocional de nuestro lado racional. Y es el eterno conflicto entre la parte racional y emocional, al que se refiere el psicólogo Jonathan Haidt: “nuestro lado emocional es un Elefante y nuestro lado racional es su Jinete. A lo que hay sumar un tercer elemento: el entorno o el camino. Imaginaros 6 toneladas de elefante frente a un mísero jinetillo encaramado encima. Está claro quién gana ¿no? Uno quiere hacer una dieta equilibrada y balanceada (el jinete) y el otro (el elefante), comerse una tarta de chocolate.

PREGÚNTATE: ¿Para qué lo hago?...
La respuesta, es el SENTIDO QUE LE DES a esa pregunta.


“Mejora la calidad de tus pensamientos para que mejore también la calidad de tu vida”

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“Se inmensamente FELIZ, salvo que tengas otros planes” A.G.R.

Agustina Gómez Rodríguez
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